GREEN DESERT

DESIERTO VERDE

con dirección de Ulises DE LA ORDEN

UNTREF MEDIA - como PROD

Documental - Completed 2012

Detrás del milagro económico de las Repúblicas Unidas de la Soja (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) se esconden peligros derivados del monocultivo. Una investigación que revela el complicado entramado de los intereses globales responsables, donde los menos representados son los más afectados.

    • Año de producción
    • 2012
    • Géneros
    • Documental
    • Paises
    • ARGENTINA, ESTADOS UNIDOS, CHINA
    • Idiomas
    • ESPAÑOL, INGLÉS
    • Presupuesto
    • 0.6 - 1 M$
    • Duración
    • 95 mn
    • Directores
    • Ulises DE LA ORDEN
    • Guionista(s)
    • Mariano STAROSTA
    • EIDR
    • 10.5240/E351-3CD9-0473-10B4-B270-D
    • Productores
    • Alex KAED (Centro de Producción Audiovisual Untref), Ulises DE LA ORDEN (Self)
    • Sinopsis
    • A fines del año 2001, Sofía Gatica comenzó a notar, en las calles del Barrio Ituzaingó
      Anexo de la Provincia de Córdoba, la presencia cada vez más frecuente de mujeres
      que caminaban con pañuelos ocultando una incipiente calvicie y de algunos chicos
      con barbijos.
      A los pocos días le comenta el tema a su vecina, María Godoy que inmediatamente
      le dice que ella también ha notado lo mismo y es así como sin demoras se ponen a
      trabajar.
      Una semana más tarde, un grupo mujeres lideradas por ellas comienzan a recorrer el
      barrio portando un mapa en el que van marcando con un punto rojo, las casas en las
      que encuentran a personas gravemente enfermas.
      Cuatro meses más tarde, las Madres de Ituzaingó ha relevado todo el barrio y el
      panorama que se dibuja en el mapa es desolador.
      De los 5000 habitantes del barrio, doscientos tienen cáncer, un número considerable
      de jóvenes de 18 a 25 años tienen tumores en el cerebro y hay trece casos de leucemia
      en niños que les llama poderosamente la atención.
      El trabajo de los últimos meses fue agotador y las Madres de Ituzaingó no logran
      asimilar las imágenes de sus vecinas cubriendo sus calvicies con pañuelos y sobre
      todo la de los niños con barbijos jugando en los patios de las casas como si nada
      sucediera.
      Pero la tarea recién comienza.
      El barrio Ituzaingó Anexo es una muestra patente de la ausencia del estado y la cosas
      que van surgiendo a medida que investigan son cada vez más alarmantes.
      Cuando el problema toma estado público y los vecinos comienzan a involucrarse,
      el recuento de las posibles causas que estarían provocando tasas no habituales de
      enfermedad y muerte van sumándose y al arsénico encontrado en el aguas, se le
      suman los transformadores que contienen PCB y que son inmediatamente retirados
      por la empresa de energía de la provincia, mas la firme sospecha de que otra de las
      posibles causas de contaminación, podría estar dada por las continuas fumigaciones
      aéreas y terrestres a las que están tristemente habituados debido a la cercanía que
      tienen con dos campos que co-lindan con el barrio.
      Conocidas las posibles fuentes de contaminación la reacción social no se hacer
      esperar y comienzan a realizarse los primeros estudios para verificar las distintas
      hipótesis en juego.
      Los estudios encarados por las autoridades provinciales, son incompletos y no
      siempre están bien hechos pero después de meses de trabajo y protesta las madres
      logran confirmar que sus tanques de agua tienen restos de los pesticidas que se
      utilizan para fumigar en los campos vecinos y comienzan a exigir justicia.
      Ocho años más tarde, las Madres de Ituzaingó logran que un Fiscal de la Provincia
      dicte una medida cautelar y ordene la detención de los dos productores, el dueño de la
      empresa de fumigación y el piloto que fumigaba en los campos que co-lindan con el
      el barrio. Pero un tiempo después todos son liberados y la policía, que decía temer que
      algún tipo de represalia cayera sobre ellas, les deja un número de teléfono para que
      les den aviso en caso de que algo suceda.
      Sofía Gatica escuchará atentamente lo que le están diciendo, mirará a uno de los
      policías a los ojos y sin pensarlo le dirá: ¿Si me matan cómo aviso? resumiendo en
      una sola pregunta, la desprotección al que están sometidas millones de personas en
      todo el mundo.
      La pregunta recorrerá el país y la Presidenta de la Nación, mediante un decreto,
      ordenará que se inicie una investigación con el fin de determinar si los agroquímicos,
      que parecen estar en el centro de esta situación, están enfermando a la población,
      poniendo en el centro de la atención pública, un tema que hasta ese momento había
      sido deliberadamente silenciado.
      Diez años después de que estas mujeres salieran a la calles y se animaran a trazar el
      mapa de la muerte, comenzará a tramitarse el juicio oral y público que sentará en el
      banquillo de los acusados a algunos de los responsables de este drama y la historia de
      este pequeño barrio, en el sur del planeta, será el punto de partida, de una discusión
      mayor, cuyos alcances, reverberarán con fuerza en el resto del mundo ya que la
      contaminación, la enfermedad y la muerte son solo la punta de un iceberg de una
      problemática que tiene carácter universal.
      Los campos que lindan con el Barrio Ituzaingó Anexo están destinados al cultivo de
      soja.
      Las fumigaciones que presuntamente enfermaron y mataron a muchos de los
      habitantes de ese barrio eran para proteger de malezas e insectos a los cultivos soja
      que serían destinados a producir aceites de exportación y alimento para cerdos en
      Europa y China.
      El monocultivo de soja, ocupó en los últimos quince años más del 50 % de la
      superficie sembrada del país, desplazando a la ganadería y a los demás cultivos
      relacionados con la generación de alimentos.
      Alrededor de 300.000 pequeños y medianos productores perdieron sus
      explotaciones agropecuarias durante ese período y ante la ausencia de un Estado que
      deliberadamente fue debilitado y en muchos ámbitos destruido a partir de mediados
      de la década del 70, un nuevo actor, llamado agroindustria comenzó a dictar la
      agenda pública, en lo referido a la alimentación y a la producción agropecuaria de la
      Argentina y de muchos otros países del mundo.
      Las cifras son contundentes.
      En pleno siglo XXI, mil doscientos millones de personas están subnutridas y otras
      925 millones no tienen dinero para comprar sus alimentos ni posibilidades de cultivar
      la tierra para poder comer todos los días.
      3000 millones de seres humanos, dos tercios de los cuales viven en el sur del mundo,
      todavía dependen de la leña como fuente principal de combustible para cocinar y
      calefaccionar sus casas.
      1600 millones de hombres, mujeres y niños no tienen acceso a la electricidad y 2000
      millones de personas dependen de animales para la agricultura y el transporte.
      Los cambios en la manera de producir alimentos, los alimentos que comemos los
      dos tercios del planeta que tenemos la posibilidad de hacerlo y el diseño de un
      desarrollo económico sustentable y socialmente equilibrado que contenga al tercio
      de la humanidad que actualmente está absolutamente desamparada, es algo que las
      Madres de Ituzaingó, nos están obligando a pensar.
    • Comienzo del rodaje
    • ene. 01, 2012